Una semana en Barcelona y... ¡mucha comida!

Ayer llegué de Barcelona y hoy, mientras vuelvo a la rutina os traigo un post de lugares que debéis visitar...

No es una ruta turística, es una ruta de lugares en los que he comido algo durante la semana pasada.

¡Vuelvo con la tercera ruta sobre Barcelona!

El primer lugar que os enseño es Kilo. 

Quizá muchos ya lo conocéis, puesto que su diseño es obra de Mr Wonderful (muy molones ellos).

Está en Balmes, 165. Podéis llegar con metro desde Diagonal (L3).

La comida se srive en raciones de tamaño pequeño (Román come mucho y cuesta saciarlo) que te permiten probar varios platos. Además, el servicio es atento y muy amable. El precio es un pelín elevado (30 euros por persona más o menos) pero en mi opinión, creo que pagas más por ir a un sitio de moda.

Tomamos unas croquetas de gallina y jamón (las de la foto), un tataki de buey con foie, unas mini burguer y un lingote de foie con manzana y queso de cabra.

Faltan imágenes, lo sé... Pero es que me puse a comer y ¡me olvidé del teléfono por completo!

Y lo mejor fue el postre... Bueno, en si, no podemos decir que fuese un postre, pero era muy divertido.

Teníamos que adivinar todos los sabores del plato que nos proponían...

¡Sólo fallamos uno!

Otro lugar que visitamos fue Rangoli, un estupendísimo restaurante indio en la Barceloneta. En concreto  en el Passeig Joan de Borbó, 78. Está justo frente al mar.

Aquí también hay pocas fotos, puesto que me pasó lo mismo. Me puse a comer y la verdad que lo disfruté tanto, que salvo la foto que véis, no hice ninguna más.

Os explico lo que hay en cada cuenquito...

A la izquierda, en tono más amarillo Lamb Korma. Cordero con salsa de curry, yogur, azafrán y anacardos. Suave y muy gustoso.

El plato del centro, Chicken Tikka Masala. Pollo en salsa de curry muy especiada. Es un plato muy común en Inglaterra y uno de mis favoritos.

El plato que se ve detrás, también con salsa es ¡queso! Si, se llama Panner Butter Masala y es queso fresco con mantequilla y tomate. La verdad que estaba delicioso.

Y después, arroz basmati y pan (naan y tandoori), perfectos para mojar las salsas.

No sólo la comida estaba muy buena, sino que además el servicio era genial también. Educadísimos, atentos y bastante rápidos.

Y ahora aparcamos los restaurantes para enseñaros MI heladería. Si, en mayúsculas, puesto que no he probado ninguna que me guste más que ésta.

Se trata de Amorino, una franquicia de helados naturales hechos con fruta fresca y productos de primera calidad.

Tienen dos tiendas, una en la Rambla, y otra en Portaferrisa. Y también hay una en el centro comercial Arenas (pza España)

Mi helado favorito es l' Inimitabile. Si, el inimitable. ¡Un helado cremoso de chocolate y avellanas con trozos de Nutella congelada que le dan un toque maravilloso! ¡Está muuuuuy bueno!

Lo único malo son los precios. No podemos visitar Amorino a diario. La tarrina pequeña, o el cucurucho vale 3,50. Y de ahí para arriba. 

La mejor opción es comprar para compartir. Román y yo compramos la gigante, que sale por 7,5 y tiene un tamaño más que considerable.

Aunque yo me la podría haber comido solita...

Y con vuestro permiso me despido ya... Tengo un encargo entre manos que me tiene bastante ocupada.

Además, me he guardado cositas de la visita a Barcelona que ya os enseñaré.

Muchos besos a todos y ¡feliz miércoles!